martes, 14 de abril de 2009

contrafrente


Elegí el departamento porque era luminoso. El contrafrente da a un hospital, pensé que sería silencioso pero me equivoqué. El ruido es constante, parece que están en construcción, a la tardecita y a la noche están las bombas de oxigeno o de hidrógeno, no lo sé. Veo a los enfermos por las ventanas, a los parientes, a los enfermeros a los médicos, a los aparatitos con las lucecitas verdes. Bip.
Se me secaron las plantas del balcón. En un principio venían gorriones y ahora vienen a cagar las palomas.
Fui a Bahía Blanca por el cumpleaños de mi hermana Patricia. Las plantas de lavanda están enormes, el árbol de cedrón tiene un perfume increíble, perfecto para los tecitos después de cenar, y ahora, en otoño, es época de mandarinas. Así que me traje en la mochila un par de estas cosas mágicas que parecen modificar el ambiente para hacerle frente a mi contrafrente.