Falta la fiesta.
Mamá me va a matar- venía viajando muchas horas desde Bahía Blanca- y Ana que tenía un día más de viaje, porque venía desde Buenos Aires, por suerte, tenía cuerda para gastarla y cambiarle el humor.
No tengo ganas de subtitular ni de explicar los chistes internos.
Como ven somos una familia muy normal.
Los quiero mucho a todos.
Extraño los asados, las comidas de má y a mis sobrinos aunque no me den pelota porque ya están grandes!
Me da mucha felicidad tenerlos cerca. Siempre.
Por suerte existen estos momentos extraordinarios para reunirse y compartir la felicidad. Más cuando uno va descubriendo lugares con la gente querida donde cambia el aire, se renueva y comienza a ver que las cosas son más sencillas. Tan cerca del cielo, tan cerca de la tierra.
Gracias al Churu y a Marian por la excusa del viaje.