Elegí el departamento porque era luminoso. El contrafrente da a un hospital, pensé que sería silencioso pero me equivoqué. El ruido es constante, parece que están en construcción, a la tardecita y a la noche están las bombas de oxigeno o de hidrógeno, no lo sé. Veo a los enfermos por las ventanas, a los parientes, a los enfermeros a los médicos, a los aparatitos con las lucecitas verdes. Bip.
Se me secaron las plantas del balcón. En un principio venían gorriones y ahora vienen a cagar las palomas.
Fui a Bahía Blanca por el cumpleaños de mi hermana Patricia. Las plantas de lavanda están enormes, el árbol de cedrón tiene un perfume increíble, perfecto para los tecitos después de cenar, y ahora, en otoño, es época de mandarinas. Así que me traje en la mochila un par de estas cosas mágicas que parecen modificar el ambiente para hacerle frente a mi contrafrente.
6 comentarios:
Ah! pero todo eso junto queda muuuuuy bonito!
Quiero un poquito de esa lavanda!
Besos!
Anita.
Te llevo la mitad de las lavandas.
Una torta increible les compro Marcelo para unos mates. Y cosas de Patri, de mamá y de la tía Cholita que te mandaron para vos.
querida! así es buenos aires, mi patio que es precioso de noche o en verano, durante el año soporta recreos, maestras estridentes y un timbre que hace saltar del susto a las visitas!
Mis antídotos son la música, el palo borracho que crece contra todo pronóstico y si la cosa no se aguanta, una vueltita por parque centenario!!!
Mar!que lindo patio tan lleno de vida! que suerte que tengas un palo borracho, antes me reía de Nacha cuando decía que había que abrazarse al árbol para ser más jóven, me parecía una loca como la Grace saludando a las tostadas, pero ahora cómo los extraño.
A mí también, las vueltitas por parque centenario me salvan :-D
Me encantó esta imagen, y cuanto podemos hacer para modificar las cosas y no nos damos cuenta...
Gabi!tengo ganas de ver como quedó tu taller!Besos!
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