Huellas, ensayo para un documental

Mi padre falleció cuando tenía dos años. No tengo conciencia de cómo era. Cúal era el sonido de su voz, su carácter, su personalidad. Me guío por los libros que dejó en la biblioteca, sus discos de pasta, fotos y la casa que construyó en Pehuen-co. Un pueblo de mar, con calles de tierra, agreste y virgen.
En el año 86, a kilómetros de la playa, se descubrió un fantástico yacimiento de huellas fósiles de 12.000 años de antiguedad. Ñandues, gaviotas, cisnes, chorlitos, perdices, caballos, megaterios, todos dejaron sus huellas en la arcilla. Los geólogos parecían artistas; "pintaban la tierra", barrían con pinceles. Medían con escuadras. Realizaban moldes para registrarlas.
Hoy muchas huellas se destruyeron. Parece que estamos acostumbrados a alterar la naturaleza sin sentirnos parte de ella. Durante el verano se intenta cuidar que el turismo no invada con autos, golpee las rocas y respete las señales.
Disfruto caminar por las playas de Pehuen-co, imaginando los distintos universos de vida que existieron. Igual que quiero mi casa, porque mi padre dejó su presencia en ella.
La National Geographic realizó un documental para informar el valor científico de las huellas. Mi intención es poder transmitir algo de su valor simbólico para poder aprender a cuidarlas.

En enero del 2007 fui a filmar las huellas y la marea las había cubierto. Pienso volver para cerrar el rodaje entre enero y abril del 2008.