"Existe-se dice-un cuadro de Klee que se titula Angelus Novus. Representa a un ángel que parece alejarse del lugar en el que aparece inmóvil; tiene los ojos desencajados, la boca abierta y las alas desplegadas. Este es el aspecto que debe tener necesariamente el ángel de la historia. Su rostro mira hacia el pasado. En lo que para nosotros se presenta como una cadena de acontecimientos, él sólo ve una sola y única catàstrofe. (...) El querría, sin duda, detenerse, despertar a los muertos y reunir a los vencidos. Pero del paraíso desciende una tempestad que se arremolina en sus alas, tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Esta tempestad lo empuja incesantemente hacia el futuro al que da la espalda, mientras que hasta el cielo, delante de él, se acumulan las ruinas. Esta tempestad es lo que nosotros llamamos progreso".
Tesis sobre la filosofía de la historia. Walter Benjamin.
¿Cuál sería esta tempestad para nosotros? Mirar el presente. Hoy, 24 de marzo de 2010. Se cumplen 34 años del golpe de Estado de 1976. La única manera de organizar el tiempo es a partir del presente. La única manera de reconstruir la historia.
Hoy se pide la agilización de las causas de los crímenes de Leza Humanidad. Cientos de chicos que fueron apropiados no conocen su verdadera identidad. Las abuelas esperan a sus nietos con los brazos abiertos.
Se pide justicia para conciliar el presente.
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